Martirologio Romano: En Neumunster, de Holstein, en Alemania, muerte de san Vicelino, obispo de Oldenburgo, el cual se dedicó con interés a la evangelización de los eslavos.
Nació en Hameln, a orillas del Weswr. Hizo sus estudios en la escuela de la catedral de Paderborn y llegó a ser director de la escuela de Bremen y canónigo de la catedral de dicha ciudad. Después de recibir la ordenación sacerdotal de manos de san Norberto en Magdeburgo, empezó a evangelizar a los wendos y a otras tribus en 1126. Su apostolado duró más de veinte años.
San Vicelino se estableció primeramente en Lübeck y fundó ahí la primera iglesia. Poco después de la llegada de Vicelino, murió su protector, de suerte que el santo tuvo que emigrar a Wippenthorp, cerca de Bremen. Era incansable en la predicación y la enseñanza, y tuvo gran éxito en la evangelización, pero las guerras le obligaron a recomenzar varias veces el trabajo, como sucedió a tantos otros misioneros de la época. Con el deseo de establecer un centro permanente, Vicelino fundó en Hostein el monasterio de canónigos agustinos, que más tarde se llamó Neümunster. Uno de los discípulos que tuvo ahí, fue el cronista Helmold. Más tarde, el santo fundó otro monasterio de Högersdorf y empezó a construir un tercero en Segber. Los misioneros obraron numerosas conversiones. Todo iba bien, cuando una súbita catástrofe destruyó su obra. En efecto, los piratas obotritos invadieron la región, la devastaron, la saquearon e incendiaron las casas, ensañándose particularmente contra los cristianos, a los que mataron o expulsaron del país. Los misioneros de Lübeck consiguieron huir a tiempo y se ocultaron en los pantanos, con el agua hasta el cuello, hasta que llegaron sanos y salvos a Bishorst. Sin embargo, el beato Volker, a quien se califica de "hermano de gran sencillez", pereció por la espada. Los otros monjes lograron escapar con los libros y reliquias del monasterio, que fue arrasado.
A pesar de la oposición de Federico Barbarroja, fue elegido obispo de Staargard (actualmente Oldenburg) de Holstein, en 1149. No consta que haya llegado a tomar posesión de la sede. Como quiera que fuese, una parálisis lo inmovilizó tres años más tarde. Pasó los dos últimos años de su vida amargado por la enfermedad y el sufrimiento, en la abadía de Neumünster, donde murió. Su fiesta sigue celebrándose en el noroeste de Alemania.
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