Martirologio Romano: En Verona, en Italia, san Juan Calabria, presbítero, quien fundó la Congregación de Pobres Siervos y Siervas de la Divina Providencia.
Nació en Verona en una buhardilla. Era pobrísimo y a los 12 años se quedó huérfano de padre, de manera que tuvo que ganarse la vida. Ayudado por un sacerdote hizo los estudios eclesiásticos, que tuvo que interrumpir para hacer el servicio militar, donde cogió el tifus en el hospital militar donde prestaba servicios. Para él fueron los “dos años más hermosos de su vida” donde se distinguió por su entrega y amor. Siendo seminarista fundó la "Piadosa Unión para la asistencia de los enfermos pobres". En 1901 fue ordenado sacerdote.
Durante su ministerio pastoral se interesó por los deshollinadores y de noche, su casa se llenaba de soldados, que encontraban en él un amigo, y un guía espiritual. Fue coadjutor en la parroquia de San Esteban de Verona, pasando luego a la de San Benito del Monte. En 1907, puso en marcha la "Casa Buoni Fanciulli" para los huérfanos y marginados, donde les daba alojamiento y formación. Su obra en 1908 pasó a radicar en San Zenón del Monte desde donde se difundiría a otras partes.
Fundó la Congregación de los Pobres Siervos de la Divina Providencia, en sus dos ramas masculina y femenina, dedicados a los más pobres y marginados. Creo también "Familia de los hermanos externos" integrada por laicos, con la finalidad de vivir la vida religiosa con sus familias y en su profesión. Se ofreció como víctima al Señor, sufriendo penas indecibles y misteriosas. Tuvo el apoyo de su amigo del cardenal arzobispo de Milán, el beato Alfredo Ildefonso Schuster. En 1954, el papa Pío XII estuvo en trance de muerte, y nuestro santo se ofreció a la Providencia morir en su lugar, de forma que cuando el papa superó la crisis, don Juan falleció y el papa viviría cuatro años más. Fue canonizado por el Papa Juan Pablo II el 18 de abril de 1999.
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