Martirologio Romano: En la ciudad de Dire Dawa en Etiopía, beata Liduina (Elisa Ángela) Meneguzzi, virgen del Instituto de San Francisco de Sales, que, fue auténtico espejo de humildad y de caridad cristiana, manifestó con su bondad la misericordia de Dios entre los pobres, los enfermos y los prisioneros.
Elisa Ángela Meneguzzi nació en Giarre, pedanía de Abano Terme, Padua (Italia), en el seno de una modesta familia de campesinos. A los 14 años para ayudar a su familia trabajó como empleada del servicio doméstico en casas de familias acomodadas y en los hoteles de Abano. Su carácter dulce y servicial, fue apreciado por los que la trataron.
En 1926 ingresó en la Congregación de las Hermanas de San Francisco de Sales en la casa generalicia de Padua. Fue encargada de la lavandería, ejerció de enfermera y sacristana e las jóvenes del colegio de la Santa Cruz, a las que dejó su impronta de amistad y de profunda vida espiritual.
En 1937, se realizó su sueño de marcharse a tierras de misión y fue enviada a Etiopía, a la ciudad de Dire Dawa. Trabajó como enfermera en el hospital civil de Pirmi, que una vez estallada la guerra se convirtió en hospital militar. Fue un ángel de caridad para los soldados heridos y todos los enfermos, mostrando con todos una gran ternura. Las gentes del lugar la llaman la "Hermana Gudda" (grande). Arreciaron los bombardeos sobre la ciudad, y ella, sin temer al peligro, buscó refugio a los heridos y desvalidos; a los niños moribundos los bautizaba, y ayudó a todos sin importarle la religión, o el color de piel. Esto hizo que muchos al verla sintieran fascinación por la Iglesia católica. Murió de una parálisis intestinal, después de una larga enfermedad que supo llevar con serenidad. Su tumba se encuentra en la casa generalicia de Padua.
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