(Gualtero. fr. Gautier de Lesterp).
Dominio o comandante de ejército. Guerrero esforzado.
Martirologio Romano: En el monasterio de Esterp, cerca de Limoges, en la Galia, san Gualterio, presbítero, que fue superior de los canónigos, y educado desde su infancia en el servicio a Dios, resplandeció por su mansedumbre para con sus hermanos y por su caridad hacia los pobres.
Nació en el castillo de Conflans en Aquitania, Francia, y era hijo de una noble familia. Canónigo regular agustino en la abadía de Dorat donde fue ordenado sacerdote. Cayó en desgracia del abad y se retiró a Conflans. Los canónigos regulares de Lesterp (Limoges) lo trajeron a su monasterio y, luego, fue su abad. Se distinguió por su humildad y gran amor a los pobres.
Tenía el don de saber decir palabras oportunas a los pecadores para moverlos a una sincera penitencia, hacerles cambiar de vida. La fama del notable confesor llegó hasta la Santa Sede. El papa Víctor II le dio amplias facultades para poder absolver excomuniones y también para poder excomulgar a los impenitentes, facultades que usó siempre en beneficio de las almas. Fue también sobresaliente en él la insigne caridad con que trataba a los pobres y los socorría, y con la que continuamente trataba a todos, y singularmente a sus compañeros de comunidad, cuya unidad la quería basada en el más puro amor fraterno.
Con un grupo de canónigos regulares de su comunidad hizo la peregrinación a Tierra Santa. Siete años antes de su muerte quedó ciego y llevó su limitación con gran paciencia y continuó trabajando en cuanto pudo. Cuando murió con fama de santidad, su culto comenzó inmediatamente. Tiene culto local.
Nació en el castillo de Conflans en Aquitania, Francia, y era hijo de una noble familia. Canónigo regular agustino en la abadía de Dorat donde fue ordenado sacerdote. Cayó en desgracia del abad y se retiró a Conflans. Los canónigos regulares de Lesterp (Limoges) lo trajeron a su monasterio y, luego, fue su abad. Se distinguió por su humildad y gran amor a los pobres.
Tenía el don de saber decir palabras oportunas a los pecadores para moverlos a una sincera penitencia, hacerles cambiar de vida. La fama del notable confesor llegó hasta la Santa Sede. El papa Víctor II le dio amplias facultades para poder absolver excomuniones y también para poder excomulgar a los impenitentes, facultades que usó siempre en beneficio de las almas. Fue también sobresaliente en él la insigne caridad con que trataba a los pobres y los socorría, y con la que continuamente trataba a todos, y singularmente a sus compañeros de comunidad, cuya unidad la quería basada en el más puro amor fraterno.
Con un grupo de canónigos regulares de su comunidad hizo la peregrinación a Tierra Santa. Siete años antes de su muerte quedó ciego y llevó su limitación con gran paciencia y continuó trabajando en cuanto pudo. Cuando murió con fama de santidad, su culto comenzó inmediatamente. Tiene culto local.
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