30 de julio de 2015

San PEDRO CRISÓLOGO. (406 - c.450). Doctor de la Iglesia.


Martirologio Romano: San Pedro, “Crisólogo” de sobrenombre, obispo de Ravena y doctor de la Iglesia, que, habiendo recibido el nombre del santo apóstol, desempeñó su oficio tan perfectamente que consiguió capturar a multitudes en la red de su celestial doctrina, saciándolas con la dulzura de su palabra. Su tránsito tuvo lugar el día treinta y uno de este mes en Imola, en la región de la Emilia Romagna.


Nació en Forum Cornelii (hoy Ímola), en la Emilia (Italia) y fue educado por el obispo Cornelio. Era diácono en su ciudad cuando murió el obispo de Rávena, y el obispo de Ímola fue designado como su sucesor. Pedro acompañó a Roma, a Cornelio para pedir la ratificación de la elección al Papa, pero inesperadamente, el Pontífice no concedió la ratificación, sino que nombró a Pedro como obispo de Rávena.
Pedro fue, sin duda, un obispo importante, primero por sus relaciones con la emperatriz Gala Placidia, la cual mandó construir la iglesia de San Juan Evangelista, por un voto hecho durante la travesía desde Constantinopla a Rávena; en segundo lugar, por las relaciones con los obispos de su tiempo (por ejemplo, san Germán de Auxerre, a quien recibió con todos los honores para negociar una gracia en la Corte, y estuvo presente en su fallecimiento en el 445); y sobre todo con el papa san León I Magno, a quien envió una carta, en el año 449, al hereje Eutiques, que apelaba a la sede apostólica. Pedro Crisólogo, en una célebre carta remitió su juicio al Papa: "Los Magos reconocieron a Jesús como Dios en su cuna; pero los herejes, con un procedimiento en el cual no se puede pensar sin dolor, se preguntan hoy quién sea Aquel que nace de la Virgen y del Espíritu Santo". "Cuando Jesús, en el pesebre, daba el primer gemido de la infancia, el ejercito celeste cantaba; Gloria a Dios en el Cielo. Y ahora, que en el nombre de Jesús se dobla toda rodilla en el Cielo, sobre la tierra y en los abismos, se levanta la cuestión sobre su origen". Fue un gran defensor de la virginidad de María.
El título de "Crisólogo", "palabra de oro", que le dio Andrea Agnello (su biógrafo) está en consonancia con sus sermones donde abundan términos griegos y clásicos, pero también resuenan interesantes llamamientos a la vida cristiana sacados del temas del Antiguo Testamento y circunstanciales reconvenciones contra los abusos de las llamadas calendas de enero, que suplían al actual carnaval. De él quedan muchas frases lapidarias de la vida espiritual y de la devoción a la Virgen; "El que ríe con el diablo no gozará de Cristo". Se dice que cuando predicaba lo hacía con tal fogosidad y fervor que en ocasiones se quedó sin voz, y que los fieles muchas veces lloraban al oírlo. Promovió el culto a los santos. Se le ha llamado el doctor del amor paternal de Dios. Repetía que Dios quería ser amado y no temido, que "no quiere la muerte, sino la fe, no exige la sangre, sino la voluntad, no pide la vida, sino el corazón". Fue declarado Doctor de la Iglesia por SS. Benedicto XIII en 1729. MEMORIA FACULTATIVA. 

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